Si algo quedó en claro desde que comenzó la serie que hizo rentable levantar a los muertos del piso, es que el grupo encabezado por el expolicía Rick Grimes tiene serios problemas para resolver el tema vivienda. Alcanza con repasar cada uno de los infructuosos intentos de afincarse en todos y cada uno de los diferentes lugares que la tierra posapocalíptica les ofreció como refugio.
Pero, aunque no lo blanqueen jamás los productores y los que tipean las acciones para darle vida al guion, esa búsqueda frenética es la mayor motivación de los personajes de The Walking Dead, lo que hace que el grupo dé todo de sí, lo que los motiva a dejar el pellejo (literalmente) en cada capítulo. Esta semana pudimos ver el cierre de la primera mitad de la sexta temporada y la vivienda fue (otra vez) la gran protagonista de la historia.
Alerta de “spoilers”
De ahora en adelante, esta nota está llena de datos que comprometen al lector que no haya visto la última temporada. Hecha la salvedad, el del domingo no es un punto final sino un punto y coma, ya que el capítulo ocho se trata del cierre de la primera mitad, que continuará en febrero. Sin embargo, bien al estilo al que nos tiene acostumbrados, la sexta temporada tuvo varios juegos planteados en la forma de narrar, cosa que hicieron de la sexta una temporada por momentos dinámica, por momentos reflexiva, y por momentos un baldazo de agua fría.
La sensación que predomina en el mundo que transitan Rick y su grupo es agobiante, no sólo ya por el apetito de los finados que se la pasan tirando dentelladas a diestra y siniestra, sino por la condición de los humanos que quedan, que a veces parece menos digna que la de los caminantes.
En este nuevo mundo te podés morir en medio de una orgía masticatoria a mandíbula batiente entre las fauces de una horda de gente que pasó a mejor vida sin velorio. O te puede agarrar una banda de psicóticos caníbales que, sin estar muertos, desarrollaron un fino paladar por la carne humana. Entre muchas otras variantes, claro. El grupo que secunda a Rick las pasó a todas.
Remanso
La última chance, la que parecía más prometedora, la que pintaba darles la tranquilidad que tanto buscaban, era la de este pueblo adonde habían llegado, Alexandría. La fortaleza rodeada por un perímetro de chapas que aislaba al coqueto barrio cerrado de la locura en que se había convertido el mundo, prometía ser el último bastión de la resistencia.
A pesar de que en un principio el grupo llegó boqueando, sin fuerzas y casi sin esperanzas, una vez dentro de los muros de Alexandría, bajo el ala protectora de Diana, una suerte de madre protectora y mujer de carácter que mantiene a la población alejada de la noción apocalíptica que rodea a la isla en la que viven.
Pero con la llegada de los protagonistas llegará también la mala fortuna. Y pronto la trama se encargará de golpear con fuerza los muros que separan la ilusión de felicidad del desastre. The Walking Dead no puede dar ni un respiro al espectador, y es por eso que, entre otras cosas, en esta temporada hubo varios golpes por debajo del cinturón para los fanáticos. Entre ellos, sin lugar a dudas, el mayor sopapo fue el ascenso y caída (desde un contenedor de basura) de Glenn, uno de los héroes con quienes más se encariñaron los fanáticos. En una de las misiones desesperadas por intentar alejar a la horda hambrienta lejos de Alexandría, Glenn queda a merced de una muchedumbre de occisos y los espectadores nos despedimos de él con un zoom out mientras lo vemos regado de sangre y tripas entre gritos desesperados. Corte. Vamos a la pausa y lo resolvemos en el penúltimo capítulo.
El “final de temporada” (que hace tiempo se divide en dos) trajo sorpresas, invasiones bárbaras, bajas insospechadas y grietas dentro del grupo. Pero sobre todo, trajo el famoso gancho para quienes venimos siguiendo una serie que es en sí misma adictiva como el virus del que escapan sus personajes. En los segundos finales aparece un señor llamado Negan. En la web se anuncia que inaugura una era nueva. Bienvenida sea.
Cerró la mitad de la sexta temporada de The Walking Dead con muchos interrogantes pero el espíritu intacto.